La química es una ciencia que a muchos nos hizo sufrir durante nuestra época estudiantil. Pero que, sin duda, es fundamental para entender la composición, estructura, propiedades y cambios que sufre la materia, es decir, todo lo que nos rodea. Por ejemplo, nos permite comprender cómo reacciona un fósforo o cómo funciona una batería. Incluso entender cuestiones más complejas como el desarrollo de los fármacos y cómo actúan en nuestro cuerpo.
Dependiendo de los fenómenos que queramos comprender, podemos profundizar en la química orgánica o en la química inorgánica.
¿Cuáles son las diferencias entre química orgánica e inorgánica?
La química orgánica se encarga del estudio de todos los compuestos formados por carbono. Este es un elemento muy abundante e importante en toda la tierra y nuestra sociedad.
En el siglo XVIII, se creía que solo los organismos vivos podían sintetizar compuestos orgánicos (“orgánico” significa “derivado de organismos vivos”), ya que para su síntesis se necesitaría una fuerza vital. De aquí nace la rama de la química orgánica, que estudiaba compuestos extraídos de organismos vivos. Algunos de ellos son el azúcar, la urea, el almidón, las ceras, etc. Por lo tanto, la química inorgánica se definió como el estudio de compuestos sin esta fuerza vital como gases, rocas, minerales y todo lo que pudiera prepararse a partir de ellos.
Sin embargo, posteriormente al 1828, se comenzaron a sintetizar compuestos orgánicos a partir de materiales inorgánicos, refutando esta teoría de la “fuerza vital”. Aun así, se sigue realizando la diferencia entre ambas ramas de la química. Se acordó que la química orgánica estudiaría los compuestos constituidos de uno o más átomos de carbono (con algunas excepciones), mientras que química inorgánica estudiaría los compuestos que no tuvieran carbono.
Los primeros son mucho más abundantes que los segundos, aunque hay compuestos que están formados por carbono y que no son considerados compuestos orgánicos. Estos son: diamante, grafito, dióxido de carbono, cianato de amonio y carbonato de sodio, debido a que son derivados de minerales, por lo que presentan características y propiedades de los materiales inorgánicos.
Y ¿Cuáles serían las diferencias entre los compuestos orgánicos e inorgánicos?
Podemos encontrar varias diferencias entre los compuestos orgánicos e inorgánicos. La primera es el tipo de enlace que puede formar cada uno. Los compuestos orgánicos, principalmente, forman enlaces covalentes, mientras que los compuestos inorgánicos tienden a formar, principalmente, enlaces iónicos o metálicos.
Esta característica influye en la solubilidad de los compuestos. Los compuestos orgánicos tendrán una baja o nula solubilidad en agua a diferencia de los compuestos inorgánicos, que, en general, serán altamente solubles en agua. Esto es debido a que los compuestos inorgánicos, al tener enlaces iónicos, formarán interacciones ión dipolo con las moléculas de agua, lo que no ocurrirá con la mayoría de los compuestos orgánicos.
Otra diferencia es la complejidad de las estructuras que van a formar; en general, los compuestos orgánicos forman estructuras mucho más complejas que los compuestos inorgánicos, como podemos observar en las proteínas o en el ADN. Uno de los compuestos orgánicos más simples son los hidrocarburos, donde encontramos al metano, que es el principal componente del gas natural.
Por otro lado, los compuestos orgánicos tienden a no ser conductores de la electricidad y, por lo tanto, aislantes. Mientras que los compuestos inorgánicos sí son conductores eléctricos. Asimismo, los compuestos orgánicos tienden a formar más compuestos con componentes iguales, pero con diferentes disposiciones estructurales (isómeros), que los compuestos inorgánicos.
En general, al momento de manipular sustancias químicas debemos tener ciertas precauciones y conocer cómo reaccionan entre ellas para así evitar accidentes, con mayor razón si estamos trabajando con sustancias peligrosas. Para el almacenamiento y transporte de productos químicos de forma segura, puedes confiar en Liplata, donde tenemos toda la logística necesaria para el almacenamiento y transporte de productos químicos.